Cátedra libre Simón Bolívar

“Diversas fuerzas políticas y sociales del campo popular junto a hombres y mujeres independientes de nuestro país nos autoconvocamos para llevar adelante una campaña nacional por la incorporación de Argentina al ALBA.

Los acontecimientos de los últimos años demuestran que en la confrontación entre los centros imperialistas (EEUU y UE) y los países del Tercer Mundo, la aparición y el desarrollo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América es un hecho determinante a favor de las mayorías excluidas del continente.

A partir de su nacimiento, el ALBA se ha constituido en la referencia obligada de millones de seres humanos explotados y oprimidos en todo el planeta. La posición de los representantes del ALBA en Copenhague referido al Cambio Climático ha sido la luz que convoca a millones a luchar por salvar al planeta, a la humanidad y construir un mundo que pueda ser vivido con dignidad por todos y todas.

El papel de las clases populares de cada uno de los países de la alianza bolivariana estimula en Argentina a diversos sectores del campo popular -que también nos referenciamos con los posicionamientos y las intencionalidades del ALBA- a dar la pelea por la incorporación de nuestro país a este proyecto liberador.

Sin abundar en mayores consideraciones, hacemos llegar al conjunto de las organizaciones políticas, sociales y sindicales del campo popular, al conjunto de los habitantes de la República Argentina nuestra propuesta de construir entre todos una campaña de alcance nacional por la incorporación de Argentina al ALBA.”

Comunicado de la Campaña Argentina al ALBA – Junio de 2011

Sugerimos leer para la catedra - PDF

21/05/2010
ESPECIAL BICENTENARIO
Las Máscaras de Mayo y la revolución de los pueblos

Por Mauricio Castaldo - ¿Qué festejan los gobiernos el 25 de Mayo? ¿Qué festeja el Estado?, y ¿qué significado puede tener esta fecha para los pueblos y para los movimientos sociales?. ¿Han desarrollado las luchas populares su propio debate y su propia interpretación política del 25 de Mayo? ¿Podremos superar la influencia del discurso estatal oficial?. ¿Cuál es la ideología oficial de la “revolución de mayo”? ¿Podremos superar la ideología de los manuales escolares y de las revistas infantiles?

“…Sería muy del caso atraerse a dos sujetos por cualquier interés y promesas, así por sus conocimientos, que nos consta son muy extensos en la campaña, como por sus talentos, opinión, concepto y respeto, como son los del capitán de dragones don José Rondeau y los del capitán de blandengues don José Artigas; quienes, puesta la campaña en este tono, y concediéndoseles facultades amplias, concesiones, gracias y prerrogativas, harán en poco tiempo progresos tan rápidos, que antes de seis meses podría tratarse de formalizar el sitio de la plaza…”

Mariano Moreno, Secretario de la Primera Junta de Mayo, Plan de Operaciones, 30/8/1810

“Lo que resistían los pueblos no era la libertad, era el despotismo
que se les daba junto con la libertad; lo que ellos querían era
libertad sin despotismo: ser libres de España y libres de Bs.As…Para todas -las provincias- significó -el federalismo-, al fin la
independencia provincial a fin de no sujetarse a ninguna autoridad
que no fuese la de su provincia propia”
JUAN BAUTISTA ALBERDI, Grandes y pequeños hombres del Plata


1- ¿Qué festejan los gobiernos el 25 de Mayo? ¿Qué festeja el Estado?, y ¿qué significado puede tener esta fecha para los pueblos y para los movimientos sociales?. ¿Han desarrollado las luchas populares su propio debate y su propia interpretación política del 25 de Mayo? ¿Podremos superar la influencia del discurso estatal oficial?. ¿Cuál es la ideología oficial de la “revolución de mayo”? ¿Podremos superar la ideología de los manuales escolares y de las revistas infantiles?

2- El 25 de Mayo es parte de un complejo y contradictorio proceso histórico y político, de luchas contra el absolutismo imperial español. Ese día, se logró desalojar políticamente al virrey español Cisneros del poder en Bs.As y se constituyó la Primera Junta de Gobierno criolla. Pero los dimes y diretes fueron interminables. En la Semana de Mayo, Cisneros llegó a presidir una Junta, y el 25, los criollos que asumen el gobierno juran su cargo prometiendo fidelidad al rey español, Fernando VII, que estaba prisionero de los franceses. Los historiadores llaman “la máscara de Fernando VII” a esta táctica de los políticos criollos de mayo. Esa máscara política había sido inducida por los ingleses, que eran aliados circunstanciales de España en ese momento, pero que tenían fuertes intereses comerciales y empresariales en Bs.As. La idea era que los burgueses ricos de Bs.As -partidarios del libre comercio con Gran Bretaña- tomaran el poder en nombre del pueblo, pero que no lo hicieran abiertamente en contra del gobierno español, ya que ésto le generaría inconvenientes políticos a la corona británica. La política de Mayo fue un complejo juego de máscaras.

3- El virrey ha sido expulsado políticamente, aunque casi pidiendole permiso, pero ese es el hecho de mayo. Frente a una burguesía criolla débil y timorata, hay que decir entonces que la fuerza histórica profunda que expulsó a Cisneros, el espíritu que empujó realmente y se bancó la liquidación del virreinato, fueron las extraordinarias luchas populares multi e interculturales que se venían dando desde hacía tiempo en Nuestra América: indios, negros, gauchos, criollos, mestizos, mujeres y hombres, niños, todos, dieron su vida antes y después de mayo en la lucha revolucionaria contra la opresión imperialista. Al virrey lo expulsan, en el fondo, las multitudes populares de América. Por eso, y mientras los políticos están a las vueltas, arreglando y en componendas -aquella vez adentro del Cabildo-, discutiendo la continuidad y la legitimidad de un gobierno dentro del marco imperial, el pueblo no deja de preguntarse de qué se trata. El 25 de Mayo tiene políticos adentro y pueblo afuera: de los primeros nacerán el discurso oficial y los futuros actos “patrios”.

4- Algunos políticos de Mayo nunca quisieron sacarse la máscara. Los gobiernos de Bs.As siguieron rindiendo pleitesía a los europeos y proyectaron gobiernos unitarios, monárquicos y principados extranjeros. La idea era arreglar. El discurso de lo posible parece ser la coartada histórica de los Estados. La lista es larga: traición de BsAs a Artigas en la lucha contra los españoles en la Banda Oriental, amonestación a Belgrano por crear una bandera blanca y azul, San Martín que tiene que escribir exigiendo a los congresistas de Tucumán -en 1816- que declaren de una vez la independencia y Güemes que era visto por Bs.As como un peligro y un enemigo estratégico. La política dominante de la Junta de Bs.As era la de un cambio de gestión, antes que un cambio político revolucionario. La revolución de mayo, la revolución de los pueblos, se hizo luchando también contra las políticas del Estado, que se intentaba organizar desde Bs.As. La política oficial era la de iniciar una gestión criolla de lo mismo, una gestión criolla de las estructuras de la dependencia, de las estructuras de un modo de producción colonial que combinaba prácticas feudales, inquisidoras y prácticas capitalistas, en el marco de un capitalismo mundial que entraba paso a paso, en su fase industrial de la mano de la hegemonía británica. Y la política de gestión criolla unitaria de la dependencia implicaba una represión a muerte contra la rebeldía y la autodeterminación solidaria de los pueblos. Pero la política -en el sentido amplio del concepto- es rica, dinámica y a veces, impredescible: los debates se calentaron en la Junta y en toda América, y los debates y las luchas fueron desbordando el cerco político hegemónico. Mariano Moreno -secretario de la Primera Junta- y su grupo político se enfrentaron al conservadurismo de Saavedra y los suyos. Y los hechos y acciones se van encadenando complejamente: los liberales morenistas representados por Castelli fusilan a Liniers y los contrarrevolucionarios en Córdoba. Belgrano -al mando de la expedición militar de la Junta de Bs.As- pierde Paraguay, pero también pierden Paraguay los españoles, ya que la idea de libertad empieza a tomar forma como soberanía particular y fraternidad de los pueblos americanos. Si hay un proyecto de libertad para los pueblos lanzado en mayo, ese proyecto empieza a desarrollarse paradójicamente con la soberanía particular paraguaya, ese modelo político en el que se va a inspirar el proyecto más acabado de libertad real para nuestros pueblos en el Siglo XIX: el proyecto federal artiguista revolucionario. El gran Delio Panizza, poeta de la tierra y del viento, lo percibió con claridad:

…Es que Artigas persigue

unión y libertad y democracia,

él encarna el espíritu de Mayo,

su fe no se quebranta…(1)

5- Los contradictorios liberales morenistas de Mayo lanzan las ideas de libertad -liberarse de España pero gestionando desde BsAs un libre comercio con Inglaterra-, y los pueblos las superan en la lucha. La Revolución de Mayo se vuelve revolución en las trincheras y en los campos de batalla de América. El Himno Argentino original de Vicente López y Planes, la Marcha Patriótica de 1813, lo refleja en sus estrofas: la lucha contra la tiranía es una lucha americana, y aunque el autor del Himno no deja de decir que “Bs.As se pone al frente”, su canto es un canto a la lucha revolucionaria en Nuestra América. El enemigo imperial es un enemigo común:

…¿No los veis sobre México y Quito

arrojarse con saña tenaz?

¿Y cuál lloran, bañados en sangre,

Potosí, Cochabamba y La Paz?

¿No los veis sobre la triste Caracas,

luto y llanto y muerte esparcir?

¿No los veis devorando, cual fieras,

todo pueblo que logran rendir?

…San José, San Lorenzo, Suipacha,

ambas Piedras, Salta y Tucumán,

La Colonia y las mismas murallas

del tirano en la Banda Oriental,

son letreros eternos que dicen:

aquí el brazo argentino triunfó,

aquí el fiero opresor de la Patria

su cerviz orgullosa dobló.

…Desde un polo hasta el otro resuena

de la fama el sonoro clarín,

y de América el nombre enseñando

les repite mortales, oíd:

ya su trono dignísimo alzaron

las Provincias Unidas del Sud,

y los libres del mundo responden:

¡al gran pueblo argentino, salud! (2)

El 25 de Mayo es la expulsión política, la destitución -a algunos no les gustará este concepto- del virrey: la revolución de mayo -que va más allá del 25- la hacen los pueblos. Hubo, y con muchas contradicciones, poder destituyente, fuerza contrainstitucional para dar el paso el 25, y hubo potencias revolucionarias co-instituyentes fragmentadas -lamentaremos siempre que inaceptablemente Belgrano interceptara e interrumpiera la correspondencia política entre Artigas y San Martín- y desarticuladas después, que hicieron lo que pudieron, heroicamente. El 25 de Mayo se transforma -deviene- en una puerta política abierta a las luchas, en una puerta abierta a la historia. Por allí intentan pasar los pueblos, ayer y hoy. Moreno paga con su vida, como tantos otros, su enfrentamiento político con Saavedra y el poder.

6- Entre Ríos -acaudillada por Bartolomé Zapata primero-, la Banda Oriental -con el Grito de Asencio, la insurrección popular y con la posterior deserción de Artigas y otros del ejército español-, la autonomía paraguaya con mayúsculas y los fusilamientos de Cabeza de Tigre le van dando forma y cuerpo -paradojal y dialécticamente, insistimos- a la Revolución de Mayo. Lo revolucionario ha sido, es y será, la lucha revolucionaria. Como nos recuerda Mario Alarcón Muñiz, “El 18 de febrero de 1811, Bartolomé Zapata al frente de 52 gauchos logró reconquistar Gualeguay en lo que fué la primera victoria por la libertad en territorio entrerriano, expulsando de la villa a los húsares del rey”. Luego Zapata y sus milicianos recuperaron Gualeguaychú y Concepción del Uruguay -el Arroyo de la China- garantizando con las armas el triunfo de la Revolución de Mayo. Y así como algunos dicen que Belgrano fue derrotado en Paraguay pero sembró allí la semilla de la libertad política, podemos decir que Bartolomé Zapata sembró esa semilla en el Litoral, ya que uno de sus derrotados fue José Artigas, quién hasta entonces era soldado del ejército español, como lo fueron San Martín y tantos otros. La resistencia revolucionaria de Zapata, de los entrerrianos y de los litoraleños es uno de los factores históricos imprescindibles para definir la deserción de Artigas y otros del ejército imperial, y para comprender la fuerza de la lucha federalista después. En este sentido, Alarcón Muñiz, releyendo a historiadores como Gianello, Perez Colman y Humberto Vico, subraya que, “Zapata logró desbaratar el plan realista de reinstalar el virreinato mediante el ataque a BsAs a través de Entre Ríos y Santa Fe”.

Sería mejor en nuestras escuelas y en nuestros actos mostrar un mapa completo de las Provincias Unidas de Sudamérica y señalar la recuperación de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay como triunfos estratégicos y verdaderos de la Revolución de Mayo, lo mismo que los otros triunfos americanos señalados en el Himno original. Sería mejor enseñarle a nuestros gurises la lucha de Bartolomé Zapata y sus milicias libertarias gauchas, y no la figurita y la política de Cornelio Saavedra y cía.

Y también sería importante repasar los factores económicos, sociales y culturales que impulsaron -impulsar no es determinar- la lucha revolucionaria entrerriana, oriental y litoraleña por la libertad verdadera. En este sentido, Alarcón Muñiz nos recuerda un par de cosas; primero, y citando a Filiberto Reula, que el espíritu charrúa y la autonomía territorial que se vivió relativamente en la era colonial en el “Continente de Entre Ríos” son parte fundamental de la entrerrianidad libre y rebelde, y segundo, y recuperando las investigaciones y reflexiones de Leoncio Gianello, que la mayoría de la población rural en nuestro paisito entrerriano “vivía con incertidumbre, pues poseía y trabajaba la tierra cuya propiedad alegaban poderosos terratenientes vinculados a las autoridades virreinales que amenazaban desalojarlos” (3).

7- Hay un 25 de Mayo de los políticos y una revolución de mayo de los pueblos. Habrá dos bicentenarios: uno el de los discursos oficiales -la patria del Fondo del Bicentenario y del Estado reincidente-, y otro, el bicentenario de los trabajadores y pueblos de Nuestra América en lucha.

Sería mejor representar y reafirmar la lucha popular y multicultural americana por la liberación política y social, y no difundir la imagen de la negra vendiendo mazamorra en las afueras del Cabildo, ni vestir a nuestras gurisas de damas ricas porteñas. Ese es el mayo de los políticos, esa es la ideología oficial , racista y estatal de mayo.

No es nuestra genealogía histórica. Esas imágenes ideológicas no construyen conciencia de lucha por la libertad. Está claro que la ideología oficial del 25 de Mayo es la ideología de la representación política formal burguesa, liberal y conservadora a la vez. Lo que los gobiernos festejan es que ese día se cambió de representación política. El Estado festeja que los políticos de acá pasaron a “representar” -en términos liberales y eurocéntricos- al pueblo en el gobierno, en la administración de los cargos públicos. El Estado argento festeja que se inició la política como gobierno, con todas las oportunidades de enriquecimiento y de poder interno que eso genera.

Por eso, la otra imagen oficial ideológica es la de las figuritas de los miembros de la Primera Junta de Gobierno. La idea del poder es enseñarle al pueblo que los políticos son los que resuelven las cosas, que “el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”.

Hay que deconstruir la historia oficial y pensar, enseñar y aprender una revolución de los pueblos, con participación y protagonismo de las mayorías populares en la redefinición de su futuro.

8- Como dice Dardo Scavino, dos narraciones se mezclan desde Mayo. Por un lado está la narración americana y por el otro, la narración criolla, el discurso político criollo, lo que nosotros llamamos la ideología oficial de Mayo. Para Scavino -y si bien su análisis debe ser ampliado y profundizado-, “en la narración americana, la revolución venía a establecer la igualdad entre los diversos grupos; en la narración criolla, la revolución venía a restablecer la superioridad de los criollos”, y está claro que, “si el indio y el afroamericano eran parte de los americanos que luchaban contra la monarquía española; si todos ellos, por haber nacido en esta tierra, encontraban una identidad compartida contra un enemigo común; si eran iguales frente al poder del imperio, esa igualdad se pierde bajo el poder del criollo, que defiende su superioridad”. Se entiende que cuando Scavino habla de criollos, habla de la oligarquía criolla, de los criollos económica y políticamente poderosos. Y coincidimos por supuesto con este autor en subrayar que, “doscientos años después de las revoluciones de la independencia que suprimieron el pongo, el yanaconazgo y la mita, las mismas poblaciones se ocupan de limpiar las casas de los criollos, de cultivar y cosechar sus campos y de internarse en sus minas” (4). Doscientos años después, nuestros pueblos originarios siguen peleando por tierra, justicia y libertad. El 25 de Mayo se mezclan las narraciones americana y criolla en un marco contradictorio, y en el proceso de la revolución de mayo, las aguas ideológicas se dividen más aún, por la propia y compleja lucha de clases de nuestra región. El federalismo artiguista es la más acabada narración americana de su época. Y con el sacrificio de tantos, la narración americana sigue latiendo en las luchas pasadas y presentes de los pueblos y culturas de Nuestra América, que no se entregan. El ejemplo del proceso político, social y cultural anticolonialista abierto en Bolivia en nuestros días es, en este sentido, extraordinario.

9- En 1824 la difícil coordinación sudamericana derrota a los españoles en Ayacucho y la independencia política es un hecho en la América Continental. Pero ese mismo año, el gobierno unitario, liberal y porteño de Bernardino Rivadavia entierra a las Provincias Unidas iniciando la deuda externa al gestar el empréstito y negociado corrupto con la banca inglesa Baring Brothers. Las potencias revolucionarias dispersas lograban un objetivo, pero el bloque político y social dominante que se iba unificando ya iniciaba nuevas formas de colonización. Las resistencias y luchas populares continuaron como pudieron, y continúan, y necesitan reorganizar y repotenciar sus fuerzas. Y es bueno empezar a pensar en no repetir errores históricos, de fragmentación y aislamiento, ideológico, político, gremial, social, pedagógico y cultural. La federación multicultural de las luchas sigue siendo una clave para la emancipación de nuestros pueblos. Los cabildos abiertos y populares en red y el combate sin treguas contra la injusticia son un horizonte movilizador. Recordemos que, por ejemplo, el centenario de mayo (1910) encontró a la clase obrera resistiendo a la represión “patriótica” del Estado oligárquico argentino agro-exportador dependiente, pero era una clase obrera a la defensiva, con iniciativas memorables, imprescindibles y gloriosas, pero muy influídas todavía por el pensamiento eurocéntrico y positivista.

Hoy, los tataranietos de la Baring exigen Fondos del Bicentenario y pagos a cuenta. Y varios ya están preparando sus máscaras de Mayo, en el país del no me acuerdo. Debemos evitar nuevos desencuentros y nuevos aislamientos. El pensamiento libertario y militante también debe descolonizarse para poder avanzar en la lucha contrahegemónica.


Notas:

1. DELIO PANIZZA, Artigas, Ediciones de la Criolla, 1950, p.90.
2. VICENTE LÓPEZ Y PLANES, El Himno de la Patria, en El Hogar de los Argentinos, Antología Argentina y Americana, Rosario, Editorial Apis, 1957,
3. MARIO ALARCÓN MUÑIZ, Bartolomé Zapata, Héroe Gaucho, en Revista Cuando El Pago se Hace Canto, La Paz, Entre Ríos, 28ª edición, 2008, DARDO SCAVINO, 200 años de contradicciones, reportaje de Gustavo Varela en Clarín, Revista Ñ, 6/3/2010, pp.12-13.

La nación inconclusa


Por Guillermo Cieza -El abordaje del bicentenario viene acompañado por viejos cuentos que supimos escuchar sobre nuestra historia. No voy a ocuparme de los relatos de Mitre y Fidel Lopez, tan burdos como eficaces en la construcción de la memoria en su versión liberal, pero hoy un tanto desacreditados. 


Me preocupa particularmente una mirada más nacionalista que despoja a los hechos del 25 de mayo de 1810 de su vinculación profunda con su contexto histórico.

Esa mirada que hace hincapié en hechos locales ( o mas bien porteños), diluye la realidad de que aquellos hechos se desarrollan en los márgenes del imperio colonial español, en una “ ciudad de tenderos y contrabandistas”, inserta en un territorio poblada mayoritariamente por indios, mestizos y africanos. Y que esa revolución inquietaba al imperio español, no tanto porque alguno de sus líderes fueran jacobinos, sino porque eran tupamaros. Continuadores del gran alzamiento originario de 1780 en el corazón del imperio colonial en America del Sur.

Esa mirada retacea la valoración de Artigas, el más lúcido dirigente político de su tiempo y la reivindicación del Paraguay, encarnación institucional del Manual de Operaciones de Moreno. Dos baluartes liquidados por la conspiración porteña que no dudaron en aliarse con el imperio portugués y ser cómplice de la política británica que terminó con el vergonzoso genocidio de la Guerra de la Triple Alianza,

La Argentina nació sudamericana como proyecto de nación y no pudo serlo cuando las Provincias Unidas en Sud America con capital en Cuzco, como se proclamó en julio de 1816, se convirtió en Provincias Unidas del Río de la Plata o Argentina a secas. Ese animal bifronte que fue la revolución de mayo quedo en manos de su lado mas oscuro y egoísta: Rivadavia, Mitre, Roca. El ejercito de Rondeau que agrupaba a la gente bien, derrotó a los desharrapados de Artigas. Y Andresito, San Martín, pudo comprender que liberarse de España, no significaba el triunfo de los que lucharon. Por eso su doloroso exilio. Comparte con Artigas el dudoso privilegio de ser Padres de Patrias que nunca imaginaron.

Hay otra mirada muy cara a nuestra izquierda vernácula que confunde los resultados coyunturales de una etapa histórica (que además juzga como finales y definitivos) con el proceso mismo. Que visto de ese modo sólo tuvo matices, nunca contradicciones.

El peor marxismo, Kautski, citado por el peor Lenin, da cobertura a esas valoraciones.

Desde esa mirada doscientos años de historia argentina son expresión de reivindicaciones burguesas y una conciencia burguesa Luchas, programas y organizaciones que carecieron de una ideología revolucionaria. Como lo confirma el hecho que el resultado final fue la creación del Estado Nacional burgués, y los gobiernos que tenemos- En esa mirada hay una excepción: los pueblos originarios. Ellos si eran horizontales y lucharon por reivindicar los bienes naturales y defender su cultura., y podemos prefigurar allí valores que empalman con el objetivo socialista.

La reivindicación de los más elevados saberes y las más valiosas experiencias de los pueblos originarios, no agotan su caracterización, que es un poco más compleja. Porque sino se hace incomprensible la conquista. Pero además la ruptura de las continuidades de las rebeliones en America Latina, es funcional al sueño español de enterrar a Tupac Amaru en 1781

Aunque duela decirnos muchas de las valoraciones de nuestra izquierda, incluido el indigenismo radical, se apoyan en Mitre y Sarmiento.

La idea de nación es anterior al 25 de mayo de 1810, y en tiempos de las luchas por la independencia también hubo una idea de nación que no puede reducirse a como se construyó el Estado burgués nacional. Podría decirse, por el contrario, que el Estado burgués Nacional se construye sobre la derrota de otras ideas de nación de las clases populares antes y después del 25 de mayo de 1810. . La idea de nación de Artigas por ejemplo incluía el reparto de la tierra y la soberanía de los pueblos. Corresponde a ese período histórico la creación de la bandera, y la más hermosa de todas nuestras banderas que es la bandera federal.

Esta reducción de la historia al resultado coyuntural de la disputa (si no creemos en el fin de la historia), convierte a la bandera argentina en el símbolo del Estado burgués, y a la bandera federal en la bandera el estado burgués de la Provincia de Entre Ríos. Desde esta misma lógica futuros historiadores podrían afirmar que el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo es la representación de los derechos humanos institucionalizados y funcionales a proyectos neo-desarrollistas.

Esta lógica nos expropia la historia y le regala símbolos y palabras simbólicas a la derecha.

La apropiación de los pueblos de su propia historia, no precede a su rebelión. Por el contrario son las rebeliones populares las que alumbran el pasado y permite identificar los hilos conductores.
No es casualidad entonces que los festejos oficiales del Bicentenario en la Argentina, brillen por el circo, pero propongan un relato confuso de la historia. Y que en otros países de America Latina donde se están transitando procesos revolucionarios pueda identificarse con mucha claridad la trama que unifica las rebeliones negras Haití y los sueños de Bolívar, las rebeliones originarias y el ideal de los pueblos en armas que expulsaron la dominación española, los sueños de la Patria Grande con iniciativas como el Alba de los pueblos.

Mientras tanto solo podemos asegurar que la Revolución de Mayo sigue inconclusa. Como todavía esta conclusa la construcción de nuestra Nación, que solo será posible como parte de la Patria Grande Latinoamericana, que imaginamos Socialista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario